El extraño cuento de la niña durmiente

Este extraño cuento de la niña durmiente, la oí de un familiar hace un tiempo.

Según el, lo que le pasó tuvo sentido después, y que, aunque no sabía cómo pasó o por qué pasó, no tenía dudas de que era así, de que esa era la única respuesta.


Foto de Ron Lach en Pexels

Cuando era niño dormía con su hermano mayor en el mismo cuarto en camas pequeñas individuales. Tendría unos 13 años cuando pasó.

La primera vez fue muy traumática pero las siguientes ya no tanto aunque nunca se acostumbraría totalmente.

Lo que le pasaba era que ciertas noches sentía una presión sobre su cama, como si alguien se sentara sobre ella. Dice que cuando abría los ojos veía a su lado durmiendo a una pequeña niña.

Increíblemente cuenta que la tocó, que la podía tocar y que «era como real»**. La podía ver respirando, dormida muy tranquila. Aquella vez se paró de la cama para llamar a su mamá, pero a medida que se alejaba de la niña ella se iba disolviendo hasta desaparecer y así terminaba todo.

El susto de la primera vez nunca lo pudo olvidar.

Y esto se repitió, solo que nunca con un patrón. Semanas pasaban sin ver a la niña y a veces 3 días seguidos la veía durmiendo con él.

No se lo contó a nadie con detalles, a veces contaba que había visto fantasmas y contaba una historia superficial de eso que le había pasado.

Su hermano nunca vio nada ni contó algo remotamente parecido. Ni sintió nada por la noche mientras compartió el cuarto.

Pues, lo mas raro es lo que pasó después.

A la niña no la vio nunca más. Mas o menos cuando tenía 14, dejo de verla por las noches.

Tiempo después…

Él se casó y tuvo 3 hijos. Vivió muy bien, y entre lo cotidiano eran una familia común.

De esto no era necesario que me lo contara porque ya lo sabía. El sufrió un accidente cuando viajaba a una ciudad cercana. En plena curva, el neumático delantero de un auto que venia en dirección contraria explotó, lo que hizo que chocaran. Fue bastante serio, todos en el pueblo nos enteramos.


Foto de Artyom Kulakov en Pexels

Fue llevado a una clínica junto a su esposa. Estuvo inconsciente por 2 días. Él me cuenta que cuando se despertó la primera vez, apenas pudo abrir los ojos. Lo que vio no lo podía creer: sobre su cama estaba una niña dormida. Era la misma niña que vio cuando era adolescente. Solo que ahora la reconocía, era su hija menor: Marta. Era exactamente igual, en la misma pose, la misma ropa.

El cuenta que volvió a desmayarse, y que sentía como si se estuviera alejando, como si lo estuvieran halando. Sin embargo, logró sobreponerse y se recuperó. Casi un año después, me contó toda este extraño cuento: la niña durmiente que al final resultó ser su hija.